Los filtros están compuestos de dos pantallas entre las que se encuentra elemento filtrante. Aplicando una tensión de 7.000V en el interior del elemento filtrante se consigue generar un campo electrostático activo polarizando tanto las fibras como las partículas que pasan arrastradas por el flujo de aire. En consecuencia, se produce la atracción electrostática de las partículas a las fibras polarizadas reteniéndolas al paso de aire. Estas incluyen: partículas hasta 0.3 micrones, contaminantes biológicos (humos, bacterias y hongos). Olores y Compuestos Volátiles Orgánicos.

Los filtros electrostáticos se fundamentan en el fenómeno de atracción o repulsión de las cargas eléctricas: una partícula cargada eléctricamente es atraída hacía otra con carga opuesta, pero es repelida por una partícula del mismo signo. A diferencia con otras tecnologías, el campo electromagnético hace que los micro-organismos y bacterias se eliminan por completo.

Esta tecnología, por eficiencia en la depuración, cuidado del medioambiente, y ahorro económico, es demostrado que es la opción más conveniente.